Moncayo y Zierzo son un binomio clásico, y este ultimo traía consigo unos nubarrones (cúmulos y estratocúmulos) hacia nosotros.
Al llegar a la cumbre secundaria, la nube nos envolvió por completo.
Lau con su paracaídas:
"Nebulosa en mi cerebro
y el alma ya no me fía
y el Ebro sigue tan negro
y la nevera está vacía, mercancía,"
Pero la cumbre estaba despejada!!
De aquí veníamos:
Y foto cima!
Y después de las pertinentes fotos, nos instalamos en uno de los cortavientos levantado con piedras.
Cenamos un poco, en nuestras barrigas no cabía mucho mas, y dentro del saco vimos el relevo del día con la noche.
El mar de nubes se aposentó en la cara norte del Moncayo y nosotros con fresquete en la cara nos dormimos tan agustito.
A la mañana siguiente, con los primeros rayos del día, nos despertamos.
Buenos días!!
Y para abajo, antes de que empiece a pegar el sol con ganas.
Y ahora, aireando los sacos, aun conservan el fresquito!!
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