viernes, 27 de septiembre de 2013

RODANDO POR FRANCIA - Canal de Garonne - Portalet -

Tras dos días en Bordeaux, pensamos que ya es suficiente, cargamos todo en las cletas y a dar pedales, dirección Toulouse.

Una niebla densa nos acompaña los primeros kms.


A media mañana despeja y tras una semana, catamos mas de 1h seguida el solecito en nuestras caras.


Paramos en unos estanques "Jusliborianos" para comer.



Después de enganchar el cebo en un árbol, pescar 10 kgs de algas, enredar el sedal varias veces y remojar el señuelo...




Seguimos dando pedales.

Llegamos al principio, o final según se mire, del canal.





A las 19:00, damos por concluida la etapa. Vuelvo a remojar el cebo un poco y a enredar el sedal.
- ¡¡ que le peten a los peces!!

Al lado de un barcucho abandonado, plantamos la tienda a ras del canal.


Y despertamos otro día...

Otro día de niebla mañanera


Y fresquete.



La niebla se va, como todos los días y nosotros seguimos adelantando barcos.




Tranquilidad y horizontalidad extremas... queremos cuestas y camiones!!


Los campos que lindan con el canal nos ofrecen ricas manzanas para entretener a mordiscos nuestras pedaleadas.

Pasado el pueblo de Agen, plantamos la tienda entre el Garonne y la vía del tren.


Hoy toca apretar un poco mas. A las 9:00 estamos encima de nuestras compañeras.

No hay niebla y el sol calienta temprano.




Llegamos a Toulouse a las 17:00. Buscamos un hostal que nos deje meter las bicis (caros todos), compramos cena, ducha y a dormir.

Apurando el reloj, yo me quedo durmiendo y Laura se da una vuelta mañanera por la ciudad y se compró unos calapies.

Subimos las bicis al tren y con un trasbordo absurdo, llegamos a Pau con el sol escondiéndose. Increíblemente salimos de la ciudad sin dificultad.

Con la carretera ya enfilada a los Pirineos, buscamos un sitio para dormir. Por una carreterilla empinada nos metemos y tras empujar un rato, acabamos montando el campamento en el jardín de una casona.


Amanece de nuevo.

Manteniendo horarios, a las 9:00 estamos en marcha.


El Midi como objetivo, empezamos a subir con las tripas revueltas.




Después de tantos días sin cuestas ni coches, las bicis se lo toman con tranquilidad y hacemos una jornada corta.





Pasamos la tarde en Pont de Camps. Bañito y vivaqueo tempranero. Tenemos intención de hacer la última etapa del viaje, nocturna. Pero nuestras tripas no duermen en toda la noche y cuando suena la alarma del móvil a la 01:25, decidimos seguir dentro del confortable saco hasta el amanecer.

Sin desayunar, damos comienzo la última etapa de este viaje.




Lau con las tripas vaciadas la noche anterior a pocos metros del vivaqueo..


El puerto es solo nuestro, a estas horas apenas nos adelanta un bus y 3 motos.



A 1 km de la frontera, los rayos del sol aparecen tras las montañas, animándonos el último empujón.


Puerto!!

Estiramos un poquillo y pasamos a Espagne a desayunar.




Bajada gozosa y fresca hasta Biescas. Pedaladas largas nos llevan a Sabiñanigo y siesta hasta la hora de montarnos en el Canfranero y finalizar así nuestra vuelta por Francia.


RODANDO POR FRANCIA - Las Landas -

Salimos de Zgz con las alforjas cargadas a reventar de energía un sábado cualquiera. Y de trasbordo en trasbordo llegamos al anochecer a Irún.


Llueve, y cada vez mas fuerte. Cruzamos la frontera y pasamos la primera noche del viaje covijados en un porche bien ventilado, de una casa residencial... se encienden luces de vez en cuando, pero no entra ni sale nadie, mejor.

Trempranito, a la mañana siguiente, comenzamos el viaje a pedales.

Desayunamos con el amanecer.


Y chino-chana. vamos por la costa recordando sitios y cuestas de viajes anteriores.

Alguna parada que otra para ajustar nuestras viejas rodadoras y en seguida llegamos a Bayonne.

Entramos en zona de Landas.


Vias verdes muy tranquilas y majas.

Después de ver dromedarios y llamas, pedaleamos unos kms mas hasta llegar a una playa. Un buen sitio para pasar la noche.


Una cena rica y a dormir.



Al día siguiente, mas Landas, mas tranquilidad, mas llanura...



Esa noche la pasamos en un graaaan lago. En este viaje he incorporado una nueva acompañante, la CaÑa. Asi que un poco de pesca.


Muchos mosquitos....


El 4º día tocaba pinchazo. Mientras Lau se pone manos a la rueda, yo descubro, tras dos calentitos cafés con leche, su precio. Oouuu Lala!! 2,70€ el cafecito.


Empezamos la jornada con las manos negras, la cartera mas ligera y la ropa empapada...llueve.


A medio día, sale el sol. Fuera ropa!


Nos encontramos con otro lago hermoso.




Y mas pedales por este sitio tan tranquilo y llano....

La despensa escasea, así que hay que hacer una parada y abastecerse.


Mas Landas


Rodando al par de la costa todo el rato, hoy queremos dormir en la playa. Ya nos cansa tanto arbolito y camino tranquilo y llano.

Subimos la cacho duna y nos asomamos... bruuusuhsuhsuuuussss el océano escupía a la costa un viento que no tenia nada que envidiar a nuestro Zierzo co!.


Decidimos plantar la tienda al otro lado de esa gran duna que nos parapetaba del viento.


Amanece nublado. Cuando empezamos a recoger todo (sacos, esterillas...) se pone a llover. Esperamos.. para, volvemos a recoger... llueve. Y así, una constante. Al final nos ponemos en marcha casi a las 12:00.

Día de perros, comemos debajo de unos porches en un pueblo costero. Y sin dejar de llover pedaleamos. El camino empieza a estrecharse. De un confortable metro y medio de ancho, pasamos a medio metro.

Seguimos, y el estrecho camino ahora empieza a desaparecer entre arena y adoquines sueltos.


Llueve, se me parte una cala, el camino sigue desapareciendo como el Guadiana, y Laura con una sonrisa de oreja a oreja... Estaba cansada de la tranquila y llana vía de estos dias.



Sigue lloviendo y con un bungalo metido en la cabeza, llegamos a otro pueblo costero. 
Los turistas ya se han marchado y el camping esta cerrado. 
Un hombre nos alquila una casa. 30€ la noche los dos, no nos parece muy caro y al ver las literas y que afuera sigue lloviendo, nos quedamos.


Tras un buen descanso, amanecemos temprano y aunque el día vuelve a estar nublado, no lloverá.

El camino vuelve a ser transitable y monótono. Llegamos a Soulac-sur-Mer y descubro que el ruidito que llevo oyendo toda la mañana, son 3 radios rotos. El traqueteo de ayer fue demasiado para ellos.

Esperamos a que abran la tienda de bicis del pueblo, y por 3€ el radio, reparamos la rueda.

Nos despedimos de la playa y su arena. 

Cogemos un tren que nos deja en Bordeaux.